En Valverauto puedes convertir tu vehículo a GLP.
Ahora ya no sólo podemos escoger entre diésel, gasolina, híbrido y motor eléctrico. En este amplio panorama se une una nueva opción que nada vez coge más fuerza en España: el GLP, o Gas Licuado del Petróleo.
De momento se trata de una opción bastante minoritaria en nuestro país, pero muy extendida ya en Europa. Pero cada vez más, los talleres y las marcas oficiales se están poniendo al día con esta alternativa.
El Gas Licuado de Petróleo es un combustible que se consume desde hace años en nuestro continente. Por lo general, su precio es casi un 50% menor al de la gasolina gracias a los excedentes que existen actualmente y los bajos impuestos que se le aplican. A pesar de que nos refiramos a él como “Autogas”, hay que destacar que se distribuye en estado líquido tras ser convertido a alta presión, por lo que se llena igual que el diésel o la gasolina.
El funcionamiento de GLP se basa en la colaboración con la gasolina. Hasta ahora no se ha conseguido que funcione con diésel, aunque se espera alcanzarlo en un futuro. En principio podemos encontrar coches con GLP de serie o transformados pero ambos funcionan igual. Este tipo de vehículos arrancan siempre con el motor de gasolina, hasta que el motor de gas alcanza la temperatura idónea y comienza su funcionamiento. Esto suele llevar unos 5 kilómetros, siempre dependiendo de la temperatura ambiente (a más calor, más rápido alcanzará los grados adecuados y menos tardará en funcionar el autogas).
Para circular podemos elegir entre ambos tipos de combustible gracias a unos sencillos mandos que se incorporan en la consola del vehículo. Además, si uno de los dos combustibles se acaba entra en funcionamiento el otro automáticamente, previa señalización y aviso en el cuadro de mandos. El cambio debería ser imperceptible pues el GLP sólo tiene una pérdida de potencia del 5% respecto a la gasolina.
Como punto a favor, hay que decir que los vehículos a GLP se benefician del Plan PIVE y que, en teoría, deberíamos recibir subvenciones por la transformación, aunque éstas no han llegado. El principal punto a favor de este combustible es el del ahorro y ahí hay que tener en cuenta que podemos obtener descuentos en gasolineras y peajes, así como estar exento del impuesto de matriculación. Además, hay que señalar que su mantenimiento es más barato que un diésel y sus averías menos costosas, sin olvidar que en caso de esto último en uno de los tanques siempre podemos continuar la marcha con el otro.
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